Epidemia mundial de obesidad perjudica la salud pública

El análisis del Instituto para la Métrica y la Evaluación de la Salud (IHME, Seattle, WA, EUA), el Estudio sobre la Carga Global de la Enfermedad (GBD), encontró que más de dos mil millones de personas en el mundo tenían un peso elevado, y alrededor de 671 millones de ellos, eran obesos. La proporción de adultos con un índice de masa corporal (IMC) de 25 o mayor se incrementó entre 1980 y 2013 del 29% al 37% en hombres y del 30% al 38% en las mujeres.
`
En el análisis GBD, también se hicieron estimaciones de la prevalencia mundial de sobrepeso y obesidad en niños y adolescentes, encontrando que aproximadamente el 24% de los muchachos y el 23% de las niñas tenían sobrepeso o eran obesos. La prevalencia del sobrepeso y la obesidad también ha aumentado en los niños y adolescentes en los países en desarrollo, de alrededor de 8% en 1980 al 13% en 2013 para los niños y niñas. Si bien la difícil situación de las poblaciones más afectadas, como los países de altos ingresos de América del Norte, Oceanía y Europa, ha tenido mucha difusión mediática, ahora se están observando aumentos más recientes en la obesidad de la población en los países de ingresos bajos y medianos.

Los investigadores subrayan que el aumento de la obesidad en todo el mundo es un contribuyente importante para la incidencia global de la enfermedad cardiovascular (ECV), la diabetes mellitus tipo 2, el cáncer, la osteoartritis (OA), la incapacidad laboral y la apnea del sueño. Esto se traduce en el aumento de afecciones como nefropatía, arteriosclerosis, neuropatía, retinopatía y otras morbilidades relacionadas con la obesidad. Los investigadores concluyen que la obesidad puede ser descrita como una crisis de salud pública que añade una pesada carga para los presupuestos nacionales de salud, y recomiendan acciones intersectoriales para revertir las tendencias actuales. El informe fue publicado en la edición de junio 2015 de la revista Annals of Nutrition and Metabolism.

“El número de personas que se convierten en obesas suele ser consecuencia de factores ambientales; el hecho de que una persona se convierta en obesa suele estar relacionada más fuertemente con factores biológicos (es decir, genéticos). Esta falta de un factor causal único también implica que las intervenciones individuales son poco probable que tengan más de sólo un pequeño impacto global por su cuenta”, concluyeron los autores del estudio, los Prof. Jaap Seidell, PhD, y Jutka Halberstadt, MSc, del departamento de VU de ciencias de la salud. “Se necesita un portafolio sistémico, sostenido de iniciativas, implementado en escala, para abordar la prevención de la obesidad. Se necesitan intervenciones que se basen menos en educación y la responsabilidad personal de los individuos, pero más en los cambios en el medio ambiente y las normas sociales”.

El investigador recomienda un enfoque integrado de actividades en las comunidades, tales como la iniciativa “Ensemble Prévenons l'Obésité Des Enfants (EPODE)”, a gran escala, coordinada centralmente, un método de creación de capacidades para las estrategias eficaces y sostenibles con el fin de prevenir la obesidad infantil. El EPODE ha sido implementado en más de 500 comunidades en 6 países, desde 2004. La metodología de EPODE implica un modelo, lógico, conciso, con cuatro componentes fundamentales: compromiso político, asociaciones público-privadas, mercadeo social, y evaluación.

Enlaces relacionados:

VU University
Institute for Health Metrics and Evaluation